Desventuras y milagros

Probablemente la vía que más veces repetí junto con su vecina "No sé", ahí llevé amigos, novias, compañeros del cole, vecinos... y es que el Pic del Martell era lo más cercano, y además se podía ir en autobús, cosa importante cuando no se tenía edad para conducir. Era una escalada muy bonita con una caliza de escándalo, la protegíamos con maña usando un sencillo juego tascones, único material que disponíamos. Es triste ver como le han ido apareciendo chapas donde no las habían, como en el paso difícil de la tercera tirada donde colocaba un Faders o un Tri-Roc del nº7 a caldo!!! en una fisurilla vertical en uve asegurando perfectamente el desplomillo, en fin...