Esta primorosa vía la tenía apalabrada con el Albert y el Björn desde hacía ya años, ninguno habíamos escalado nunca en el Pilar del Segre y ¡joder! ya tocaba -al menos- recorrer esa gran clásica de tan bello y sugerente nombre que es la "Mi primer amor". La vía es genial, la roca marca el camino. Sin haberla escalado nunca ya la había recorrido entera mil veces con la mirada desde que era un chaval, ¡poesía hecha roca!. Al fin llegó la deseada cita y nos presentamos a ella ¡como buenos enamorados! bien surtidos de buenas intenciones: uve's, planos, bongs, falcas, friends, tri-cams, bicoins... aunque como solo fueron necesarios los friends y un tascón para pasar más que holgadamente paseamos toda la chatarrería por la pared; y así con nuestro clinc, clonc, clanc fuimos acompañando las canciones de los Doors que nos llegaban desde la carretera. Todas las tiradas molan, ¡de la primera a la última!, (la última es la disfrutada padre). En los nueve ...